viernes, 24 de julio de 2009

¿Y los pobres?

En la Argentina, las estadísticas privadas han cambiado rotundamente desde hace algunos meses. De mostrar un país en crecimiento y desarrollo, pasaron nuevamente a mostrar las peores cifras, las que hemos visto durante años. Las cifras de producción y trabajo han caído notablemente y las que refieren a perdida de empleo, pobreza e indigencia han vuelto a crecer.
Lamentablemente el gobierno nacional aun no ha tomado cuenta de esto, ya que su organismo de estadísticas se ha encargado de emitir números no creíbles y por momentos muy alejados de la realidad, Haciéndole ver a la presidente un país que no es.
De esta manera, lo único que se le logra es que a los mas de medio millón de argentinos que por día caen en la indigencia, nadie los tenga en cuenta, ni nadie tome nota de su situación desesperante. En las provincias del norte argentino, los chicos se siguen muriendo de desnutrición. La gente se sigue contagiando chagas, por no tener su vivienda digna. La escuela es un comedor y no un lugar para aprender. El sistema de salud no cura, sino que contagia. Y a los aborígenes se les pide los documentos para realizar fraude y ganar elecciones que les permitan seguir manejando las cosas a gusto y piachere.
En la ciudad las cifras son menores, pero 13 personas mueren al día por estar en situación de calle. El Gobierno de la Ciudad tampoco se ocupa de los pobres, los que menos tienen, de los desposeídos.
Si estas elecciones sirven, como tendrían que servir, que no sea para iniciar una reforma política. Sino para que nuestro país llegue al bicentenario sin pobres, sin gente que se sienta en una mesa, si la tiene, sin pan. Padres que no pueden mirar a los ojos a sus hijos porque no tienen que darle de comer.
Quizás en estos 2 años que quedan de gobierno, este debería apuntar a mantener y tratar de las fuentes de trabajo, a aumentar presupuestos en educación y salud. Y hacer que su tropa de gobernadores leales, realmente ayude a la gente. La realidad nos marca que no debemos permitir que una persona mas caiga en la línea de indigencia. A todos debemos asegurarles sus platos de comida.
Las rondas de dialogo convocadas por el gobierno en las ultimas semanas han cambiado el clima político de argentina, parece haber un gobierno abierto y dispuesto a escuchar los reclamos de la oposición, basados en seguridad, pobreza y políticas agrarias. Pero ahora se abre un interrogante, ¿podrá este gobierno revertir la imagen de división, intolerancia y rispidez mostrada durante el conflicto con el campo? ¿podremos creerles, que esta vez el dialogo es sincero?.
Lo cierto es que debemos ayudar a este gobierno a terminar su mandato y que sea de la mejor forma posible, sin que el pueblo, el simple trabajador y los mas desprotegidos tengan que pagar las consecuencias.
Por una vez, PENSEMOS EN ELLOS.




Jorge Raúl Kehiayan