jueves, 28 de agosto de 2008

Toma de Colegios

La Ciudad de Buenos Aires lleva varios meses destacandose en materia educativa por la constante toma de los colegios por parte de los alumnos, los chicos van variando los reclamos: falta de calefaccion, eliminacion del regimen de becas, etc.
Lo cierto es que mas alla de que los reclamos tomen distintos tintes politicos, estas protestas sacan a relucir la falta de politicas educativas por parte de la gestion actual y las anteriores. La unica politica educativa que se denota en todo esto son los casi sistematicos recortes de presupuesto a la educacion, quitando becas, no cumpliendo con los compromisos asumidos por el estado en su momento, las reformas edilicias y tantisimos problemas mas, entre ellos la situacion laboral de los docentes.
En materia de proyectos educativos se trabaja muy poco, los chicos de nuestra ciudad, tanto primarios como secundarios, estudian programas muchas veces desactualizados. Probablemente la toma de colegios no sea la forma de protesta adecuada, pero si esa toma es abierta al dialogo puede ser una manera efectiva de conseguir que el estado preste atencion en los temas de relevancia.
La educacion que estos chicos reciban va a ser la base de su sustento el dia de mañana, el futuro del pais estara en sus manos seguramente, eso todos los sabemos, pero tambien sabemos que a este modelo(economico,social,politico, etc) no le conviene tener, a futuro, una sociedad con capacidad de pensamiento y accion necesaria para llevar a cabo los cambios.
Si hay algo que tenemos claro, es que la educacion en Buenos Aires no esta buena.




Jorge Kehiayan

viernes, 15 de agosto de 2008

Verguenza ajena/propia

Por Irma Gerch




Cuando hablamos y nos quejamos de la inseguridad y delincuencia deberíamos considerar seriamente, ciertos hechos que por ser demasiados crudos y dolorosos a veces no nos detenemos a analizar, como el caso real que paso a relatarles.
La escena se desarrollaba dentro de un establecimiento penal de la provincia de Buenos Aires donde el resonante caso de corrupción por la “cárcel fantasma” todavía no se aclaró.
Descascarados y sombríos muros contenían a unos cientos de presos que se encontraban aparentemente sin ninguna autoridad penitenciaria a la vista que los controlara, como debería ser.
De pronto se forma un remolino humano y crea una división de unos metros de distancia entre dos grupos y así de la nada, aparecen en las manos de algunos de ellos improvisados y rudimentarios sables, fabricados con filosos cuchillos adosados a palos de escobas. Y comenzó una batalla campal.
Los que combatían se protegían de los cortes envolviéndose parte del rostro y los brazos con trozos de frazadas, el ataque era feroz, sin miedo ni piedad. Alguien quebrantó el código carcelario y grabó con un celular lo que acontecía puertas adentro del infierno y las imágenes llegaron a la prensa.
La voz impersonal del periodista relataba el porque sucedían los hechos. Había ingresado un violador y según sus palabras, la batahola se debía a que esta era la forma en que se diputaban al que consideraban como botín de guerra y así cumplir con el destino del violador dentro de la cárcel. Pasará por los más infames vejámenes, vivirá en parte, el mismo horror que lo llevó a ese lugar. Es violador y asesino.
Esta persona que está siendo pugnada, en un par de años, según la voluntad del Juez que lo juzgue, puede estar en la calle nuevamente. La pregunta es ¿su paso por la prisión, lo humanizará o lo bestializará?
El mundo del absurdo sin fin. Ojo por ojo. El violador que es violado. El funcionario ciego, o peor, la doble moral del que tiene bien la visión y sabe de estos procedimientos carcelarios pero los permite, el mismo que después habla de la inadaptación de quienes pasan por la prisión y son considerados irrecuperables.
El hacinamiento y la promiscuidad en las prisiones. Algunas modernas, construidas recientemente, que ocasionan gastos que pagamos con impuestos todos los ciudadanos y están vacías, sin detenidos, mientras algunos se llevan el dinero del presupuesto destinado para el mantenimiento de las mismas a sus casas.
Lo vimos en una investigación en la TV, nos indignamos, pero pasó al olvido. En vez de políticas preventivas se combate el delito aumentando las penas y se descomprime la superpoblación carcelaria con prisión domiciliaria y pulseras de dudoso otorgamiento y control.
Y nosotros, la sociedad civilizada, los que nos llenamos la boca hablando de políticas publicas, escuchamos y aceptamos estos hechos sin hacer nada. El tan aludido derecho humano, debe cumplirse en todos los casos y no solamente en aquellos con los cuales comulgamos. El relato habla a las claras de la hipocresía de los responsables del sistema penitenciario, las falencias de la justicia y la liviandad de ciertos Fiscales y Jueces que hacen la vista gorda ante tantas aberraciones, y también ciudadanos, que solo se conmueven ante el grito de impotencia de Diego Torres en una película que trata la cuestión.
En la Argentina no existen suficientes especialistas en este tema que involucra, ni más ni menos, a la seguridad de todos, si esto no se revierte y se comienza a trabajar con los detenidos desde el momento que ingresan al sistema, un seguimiento dentro de la cárcel, donde deberían estar obligados a aprender un oficio, que les de la posibilidad de trabajar una vez en libertad, con políticas de empleo que los amparen para la verdadera reinserción en la sociedad, no tendremos para vivir el mundo que queremos y nos merecemos.