viernes, 19 de septiembre de 2008

BOLIVIA Y SUDAFRICA

Por Flavio Gonzalez



Bolivia no es lo mismo que Venezuela. Algunos medios tienden a equiparar el liderazgo de Evo con el de Chavez diciendo que ambos son populistas. Y por meterlos en la misma bolsa, olvidan señalar que el liderazgo de Evo es más étnico que populista.

Es que en Bolivia estamos en presencia de un conflicto étnico. No es un conflicto socio económico (pobres vs ricos) por el control de la economía. Es un conflicto étnico-económico.

Aun siendo candidato del MAS, Evo pudo ser presidente por articular su discurso y propuesta como líder de los pueblos originarios. Lo étnico fue un vehículo más eficaz para obtener el control político que lo ideológico o lo social.

Por eso, el conflicto repercute y puede tener consecuencias en la misma existencia de Bolivia como nación. Un conflicto étnico, aun sin hacer eclosión, puede persistir durante siglos. Los Balcanes, el Caucaso, conflictos en el cuerno de África son un ejemplo de eso. Pareciera que lo étnico genera pertenencias grupales más intensas que otros factores de aglutinación (por ej. una clase social). Tengamos en cuenta que la "movilidad social" siempre genera expectativas de progreso a los miembros de una clase social, mientras que los integrantes de un grupo étnico segregado , por esto de que se "lleva en la piel", están condenados de por vida a sufrir dicha situación.

En Bolivia el conflicto étnico se mantuvo sofocado durante siglos por el control político y económico de una minoría sobre la mayoría. Ahora que la "taba se dio vuelta" se está jugando, nada más y nada menos, que la supervivencia de la nación boliviana como omnicomprensiva de los pueblos originarios, los mestizos y los blancos.

Aunque parezca extraño, creo que la situación en Bolivia comparte algunos de los rasgos conflictivos del appartheid en Sudáfrica. En esencia, en ambos casos, aun con distintos matices e intensidad, una minoría segregó a una mayoría.

Pero en S. África hubo una salida política negociada - un acuerdo de la minoría blanca con la mayoría negra - que entregó el gobierno a la mayoría bantú preservando los elementos esenciales del modelo económico que regían durante el appartheid (soweto sigue existiendo, la esperanza de vida de los negros es muy inferior a la de los blancos, etc).

En Bolivia, por su parte, ese acuerdo parece lejano pues, a diferencia de S. África, el control de los recursos económicos más importantes (gas y minerales) sí está en disputa. Las mayorías quieren obtener su control a traves del Estado.

¿Es posible una guerra civil? Difícil de predecir. Este mundo todo el tiempo nos despierta con novedades. Sin embargo, no lo veo probable, en tanto el conflicto cuente con ámbitos institucionales para dirimirse u obtener treguas (gobierno central & prefecturas). Además, en Latinoamérica se ha conformado un marco de contención política para evitar ese cuadro, especialmente, porque de Bolivia sale el gas para Brasil y Argentina.

Por supuesto, si Evo destituyera a los prefectos, si se eliminaran los canales institucionales, la cosa podría salirse de madre y las consecuencias ya serían fáciles de predecir: un baño de sangre, confiscaciones, gente marchando al exilio, desbordes sociales, etc.

En todo caso, y en tanto existan canales institucionales que mantengan la posibilidad de diálogo, veremos más de lo mismo: enfrentamientos civiles de mayor o menor intensidad, intervención militar acotada, rutas cortadas, aeropuertos tomados, ciudades aisladas, rebeliones y vendetas fiscales, muertes, más muertes, treguas, estabilizaciones y nuevas crisis; o sea, una nación que se desintegra poco a poco, o que tal vez, nunca llegó a integrarse.

jueves, 18 de septiembre de 2008

¿Que sucede con el Jefe de Gobierno?

Por Alejandro Locane



Durante su campaña se cansó de hacer anuncios; era contundente y seguro al afirmar que él sí sabía cómo administrar la Ciudad. Que "va a estar bueno Buenos Aires", por acá, y que "tapar baches es PRO", por allá. Se llenó la boca con frasecitas socarronas y pedantescas sobre la gestión que se venía, si él salía electo.

Una vez producida la elección, y lamentable error ciudadano mediante, llegó, por fin, nuestro querido empresario a ocupar el tan preciado cargo por el que venía compitiendo. Pero fue justamente aquí, donde se evidenció que Macri es muy afecto a construir "castillos en el aire", asemejándose a las disparatadas elucubraciones de la escolástica clásica. El gobierno de los "grandes anuncios", es a su vez, el gobierno que menos gestión hace.

Veamos cómo sucede esto en un caso concreto, la inspección de los locales bailables. Macri ha sostenido, en relación al suceso de Cromañón, que hoy en día, "no podría haber una catástrofe igual", esto es que: debido a la sólida gestión del titular de la Agencia Gubernamental de Control, Federico Young, que dicho sea de paso, es la persona que se junta con Cecilia Pando para realizar seminarios reivindicando a las "víctimas" del "terrorismo subversivo", o sea que realizan cursos para enseñar que el sector militar, victimario de la nefasta dictadura de los setenta, ¡es en realidad la víctima del ataque Constitucional que sufrió el país en dicha época!, que risa… discursos absurdos si los hay. Decíamos entonces, que es por la sólida gestión de esta persona que hoy no podría suceder algo así. Hasta acá tenemos un hermoso castillo.

Ahora entremos a considerar "el aire". Sucede que la oposición porteña ha recibido, de parte de Young, un informe de la Dirección General de Fiscalización y Control, donde se expuso que hizo 23.287 inspecciones en la primera mitad de 2008, mientras que en 2007 se hicieron 58.822. Y respecto a los boliches bailables, sobre la totalidad de locales inscriptos, se realizaron 1.139 inspecciones en lo que va del año, cuando en 2007 hubo 4.966 inspecciones. No hay que ser un genio matemático para extraer un promedio comparativo y concluir que este año se han realizado menos de la mitad de inspecciones a boliches bailables que el año pasado. Y no hay que ser un filósofo especializado en problemas metafísicos para comprender que la expresión del jefe de Gobierno es tendenciosa y ficticia, y que contrastada con la realidad es puro "aire". Cómo puede decir que hoy no podría ocurrir algo así, ¡qué le sucede a este hombre!, ¿a caso no ve la realidad?, si la política de inspección de locales es mala, lenta, y va retrasada en comparación al año pasado, un juicio sano diría que no sólo puede volver a ocurrir la tragedia de Cromañón, sino que hay más probabilidades de que ocurra, por el solo hecho de que sin no hay inspecciones no se sabe si los locales están en condiciones para funcionar.

Más bien pareciera, como sostuvo el jefe del bloque del Frente para la Victoria, que Macri está haciendo campaña para el kirchnerismo. Y no sólo por la falta de control de los locales, sino por toda su gestión completa, ya que el mismo problema se percibe en todos los sectores del Gobierno. En el ámbito de la Salud hay un escándalo por la falta de insumos en los hospitales; en Educación está realizando todo lo posible para que miles de chicos no puedan estudiar al haber retirado en gran medida la cantidad de becas disponibles, y al tener a los docentes con salarios miserables no hace más que acentuar el malestar. Las calles, ¡qué hizo con las calles! están absolutamente destrozadas, hay un intento de repararlas, eso sí, pero además de la lentitud que lo caracteriza, hay una completa ineficacia en la solución del problema, ahora que las está reparando hay más baches que nunca, paradójico ¿no?; el bochornoso caso de la nueva licitación de las recolectoras de basura y el dudoso traslado del centro cívico merecerían un comentario aparte, estos dos proyectos parecerían más un negociado que el empresario lleva adelante con sus amigos de comercio, que una seria planificación urbana del Gobierno.

Así las cosas, el Jefe de Gobierno de la Ciudad, podría empezar a reflexionar qué entiende por buena gestión, y qué quiere para el futuro de nuestra Ciudad. O elige el camino del bienestar para todos, o arriba por el que nos lleva al enriquecimiento de unos pocos, la elección de una de las vías es pura responsabilidad suya, y será recompensada o castigada por los vecinos de la ciudad en las próximas elecciones.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Sarmiento y el dia del maestro

Sarmiento vivió en un país dividido por luchas intestinas, de enfrentamientos entre los propios argentinos, aspectos que dificultaban construir un país con visión de futuro y donde todo estaba por hacerse. Sin embargo, él fue uno de los grandes constructores de un país con futuro y nunca dejó de hacer, mal o bien, mejor o peor, pero siempre dominado por su pasión argentina.

Su pensamiento y, especialmente su gestión, tuvo defensores y detractores, como ocurre con todos los que se animan a cambiar el estado de las cosas. Pero en determinados momentos de nuestra historia, algunos revisionismos -enfatizando en los defectos por sobre las virtudes- cayeron en la equivocación de castigar injustamente a muchos de quienes aportaron al crecimiento y la consolidación de la Argentina, dándole un lugar en el mundo.

Nuestro prócer, por su fuerte carácter y su verba inflamada, muchas veces recibió un trato injusto que no se condice con su monumental obra y su inmenso legado conceptual.

Sarmiento nació en un hogar muy pobre, pero su vocación lo llevó a superar esas dificultades económicas para recibirse de maestro y fundar una escuela en San Francisco del Monte de Oro, en San Luis, cuando recién contaba con 15 años de edad.

Su militancia política lo llevó a emigrar a Chile y, al retornar a su provincia y ocupar la gobernación -durante la presidencia de Bartolomé Mitre- decretó la ley de enseñanza primaria obligatoria, creó escuelas para los diferentes niveles -entre ellas una con capacidad para mil alumnos- el Colegio Nacional de San Juan y la Escuela de Señoritas, destinada a la formación de maestras.

Años antes, en su libro Argirópolis había anticipado un proyecto para crear una confederación en la Cuenca del Plata, entre la Argentina, Uruguay y Paraguay y un modelo de organización que proponía fomentar la inmigración, la agricultura e impulsar la inversión de capitales extranjeros.

Durante su estada en Estados Unidos como ministro plenipotenciario aprendió la importancia de las comunicaciones, motivo por el cual, una vez que ocupó la primera magistratura del país, impulsó el tendido de cinco mil kilómetros de cables telegráficos y, poco antes de dejar su cargo, pudo inaugurar la primera línea telegráfica con Europa.

Comprendió que en un país extenso como el nuestro era necesario modernizar el correo y se preocupó particularmente de la extensión de las líneas férreas, bajo la premisa de que el tren debía ser el principal impulsor del mercado interno, uniendo las distintas regiones entre sí y fomentando el comercio nacional. Durante su mandato, la red ferroviaria pasó de 573 a 1.331 kilómetros.

Sarmiento concretó también el primer censo nacional de población. De los 1,8 millones de habitantes, sólo 1% era profesional y 75% vivía en la pobreza. Fue en ese marco que impulsó la llegada al país de inmigrantes, aunque su intención se cumpliera sólo en parte, en razón de que su deseo pasaba por la llegada de sajones para fomentar el país industrial, pero como la Argentina era un país rural, convocó a campesinos preferentemente italianos y españoles.

Creó la Escuela Naval, el Colegio Militar, el observatorio astronómico, entre otros logros, pero su mayor virtud constituyó el impulso a la educación.

Al terminar su mandato, 100 mil chicos cursaban la escuela primaria, cumpliendo así con su intención de educar al pueblo en la democracia.

“Enseñarles a todos lo mismo, para que todos sean iguales... para eso necesitamos hacer de toda la República una escuela”, dijo. Una impronta que le costó aplicar pero que culminó con la sanción de la ley nacional 1420, de educación gratuita, laica y obligatoria, cuyos efectos positivos se prolongaron por décadas y décadas.

Reiteramos, como todo ser humano, Sarmiento cometió errores, aunque cabría considerar también el contexto histórico en el que le tocó actuar. Pero en el balance final, no pueden quedar dudas de que lo suyo fue heroico, en una lucha en la que inclusive abandonó el bienestar económico personal por priorizar sus ideales. Vale entonces, en un día como hoy, rescatar y recordar su obra y sus virtudes.

Desde siempre comprendió el gran cuyano que el destino de la Nación Argentina estaba asociado indisolublemente con un proyecto educativo. Vale decir, ningún modelo político o económico podría lograr, primero su aplicación y luego su consolidación, si previamente no se contaba con los hombres preparados para llevarlo a cabo.

Por arriba y por abajo, tanto en las élites como en el pueblo. Un modo de pensar la educación que precede a la política y a la economía. Es que a diferencia de sus contemporáneos que proponían desarrollar el país para luego cultivar a sus ciudadanos, Sarmiento creía que primero había que educar a su población como condición sine qua non para que se pudiera desarrollar en país en su aspecto material.

En la educación sarmientina existieron héroes fundadores de la nacionalidad que se propusieron un modelo de civilización que diera fin al atraso secular a partir de la conformación de ciudadanos independientes con capacidad para pensar en términos universales y no según el dictado particular de las corporaciones. O sea, una educación patriótica, universalista, amante de las luces y del progreso.

En estos momentos de crisis global, sólo la educación podrá salvarnos. Por eso nosotros debemos recuperar, adaptado a los tiempos, el espíritu de la educación sarmientina, quizá la más grande y exitosa gesta de la historia entera de los argentinos.